El Hospital de María Cristina de San Sebastián. Escuela de Damas enfermeras de la Cruz Roja de San Sebastián (II)
Palabras clave:
Enfermeras, Practicantes, Formación, Hospital, Guerra de Marruecos, María Cristina de HabsburgoResumen
La caridad de S.M. La Reina María Cristina era proverbial. Con anécdotas relacionadas sobre el tema habría para llenar un libro voluminoso. Desde ayudas a familias aristocráticas que por reveses de fortuna acudían a su magnánimo corazón, seguras de encontrar los medios de hacer frente a sus necesidades, creando pensiones de su propio peculio, hasta las innumerables obras de caridad realizadas a favor de asilos, Juntas benéficas, colegios, artistas noveles, músicos, huérfanos, etc., así como cuantas desgracias ocurrían en Donostia, la Reina se apresuraba a prestar su ayuda moral y material: naufragios, catástrofes como la del “Topo” en Irún, en la que personalmente acudió al hospital de aquella ciudad para visitar e informarse del estado de los heridos, prodigándoles toda clase de consuelos. Así mismo, la Reina Madre, al fin de la jornada veraniega, remitía al Alcalde de la Ciudad 5.000 pesetas (de las de entonces) a fin de distribuirlas en su nombre, a los más necesitados de los pobres de la Ciudad. En los 41 años que veraneó en San Sebastián, sus pobres contaban con el reparto de estas limosnas del mes de Octubre.
Una de las grandes ilusiones de Doña María Cristina, era la creación de un pequeño hospital para Escuela de Enfermeras, y se comprende bien que, siendo la Presidenta de la Institución en San Sebastián, y estando encariñada con su función, estimaba el disponer de una plantilla de buenas enfermeras, con buena instrucción, lo que sin un hospital de prácticas hubiera sido muy difícil. Puesta de acuerdo con el Doctor Luis Egaña a quien ya conocía por haber sido llamado a Palacio para prestar sus servicios médicos a sus nietos, y con la colaboración de la Junta de Damas, se propuso resolver la dificultad de buscar un local adecuado, no lejos de la Ciudad y que permitiese instalar además de una clínica, un dispensario en el que pudieran recibir asistencia gratuita los pobres de la Ciudad. S. M. Tuvo un rasgo de su generosidad y cariño al pueblo donostiarra, adquiriendo de su propio peculio un chalet situado en el Antiguo, reformándolo convenientemente para el caso, por el arquitecto don Luis Elizalde.
Las campañas de la guerra de África, que periódicamente se recrudecían, dio lugar a que se reorganizase la Cruz Roja de España, siendo la Presidenta en España S.M. la Reina Victoria, la que designó como Presidenta de la Cruz Roja en Guipúzcoa a S. M. María Cristina.